Ingenieros geógrafos en la vida política y académica del México decimonónico. La primera generación

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José Omar Moncada Maya

Resumen

El siglo XIX en México es significativo pues se da la institucionalización académica y profesional de la geografía. A partir de 1834 con el establecimiento de los estudios de agrimensor-geógrafo, pero sobre todo con la instauración de la ingeniería geográfica en 1843 en el Colegio de Minería de la ciudad de México, un pequeño grupo de apenas de 18 individuos concluye sus estudios y logra un importante reconocimiento académico, social y político que le permitió desarrollar una brillante actividad docente en instituciones como el propio Colegio de Minería y el Colegio Militar, así como en otras instituciones de educación superior; a ellos se debe sumar a un único ingeniero geógrafo que desarrolla sus estudios en el estado de Jalisco. En la década de 1850, apenas tres individuos obtienen su título de ingeniero geógrafo: José Salazar Ilarregui, Francisco Díaz Covarrubias y Francisco Jiménez, quienes tal vez sean los más reconocidos en los textos de historia de la ciencia mexicana del siglo XIX. En este artículo se muestra cómo, además de la docencia, desarrollaron una activa participación en reconocimientos territoriales y expediciones científicas apoyadas por el gobierno mexicano. Las experiencias adquiridas les permitió, posteriormente, ocupar diversos cargos públicos, con gobiernos de diferentes tendencias políticas. Pero destacará, sobre todo, el vínculo que establecerá la comunidad geográfica con la Secretaría de Fomento a todo lo largo de la segunda mitad de siglo, a grado tal que algunos de ellos ocuparán el cargo de secretario de esta, o subsecretarios u oficial mayor. Un último aspecto que se desea destacar es el también destacado rol que desempeñan en las principales asociaciones científicas del México decimonónico, desempeñando los principales cargos en varias de ellas. Sin embargo, para la historia oficial sus contribuciones a la ciencia o a la cultura pasan a un segundo término, y es su posición política la que ha determinado el reconocimiento que se les da actualmente. Así, Salazar y Jiménez, pese a su importante desempeño como hombres de ciencia y como funcionarios, por su colaboración con el imperio de Maximiliano de Habsburgo siguen desempeñando un papel secundario para la ciencia mexicana.

Palabras clave: Colegio de Minería Secretaría de Fomento Siglo XIX institucionalización profesional sociedades científicas
Publicado: dic 5, 2023

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